Pasaron
dos siglos y debido al cambio de gusto o a que el retablo se hallaba en mal
estado de conservación, la cofradía que regentaba el templo decidió
sustituirle. Así, el 22 de julio 1761 el ensamblador Agustín Martín se ajustó
con Antonio Seco y Manuel García, comisarios nombrados al efecto por la
Cofradía de San Antón Abad, para construir el nuevo retablo mayor y custodia de
la iglesia del
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